jueves, 7 de marzo de 2013

DECLARACIÓN DEL COLECTIVO AGAR EN EL DÍA MUNDIAL DE LAS MUJERES 8 DE MARZO DE 2013.


El Colectivo Agar, compuesto por teólogas ecuménicas y feministas, viene hoy a conmemorar un año mas de la institución del Día Mundial de las Mujeres, proclamando nuestra admiración y agradecimiento a todas y cada una de las mujeres que nos anteceden en las luchas por nuestros derechos y libertades tanto políticas como sociales, y en especial a aquellas que levantaron y levantan sus voces en contra del opresor, abusivo y violento patriarcado religioso que ha dañado las vidas de tantos y tantas, aún las de quienes no tienen voluntaria relación con el hecho religioso.

Denunciamos las religiones que dan origen a múltiples formas de violencia, como por ejemplo al pecado estructural, al sometimiento forzado a autoridades masculinas jerárquicas, a los fundamentalismos moralistas sobre nuestros cuerpos.

Denunciamos la violencia religiosa en la vida diaria de las mujeres, ejercida a través de la promoción de los mitos que impulsan la opresión sexual, la maternidad como única opción de vida y la sumisión a los hombres.

Denunciamos que la sacralización de  la abnegación y el sufrimiento de las mujeres, tiene como resultado la imposición y el reforzamiento de la desigualdad de género. 

Denunciamos que el  abuso de poder, la perpetuación  de las  desigualdades y la vulneración de los derechos, dentro de las estructuras eclesiales, se imponen principalmente contra las mujeres,  lo que se traduce en que incluso en algunas iglesias, no esté permitido que ellas  dirijan la liturgia.

Denunciamos que la pedofilia en las iglesias tiene UN SEXO y que los principales y últimos responsables de tal aberrante práctica, son los líderes religiosos hombres.
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Demandamos el derecho de poder desarrollar nuestras espiritualidades en espacios seguros, libres de abusos, libres de jerarquías de dioses masculinizados y  libres del patriarcado como cultura religiosa dominante.

Trabajamos para promover mujeres libres que se muevan en relaciones horizontales justas. Mujeres que al hablar de Dios y/o de lo trascendente, lo hagan desde una espiritualidad feminista, entretejiendo sus historias de mujeres con el misterio de lo divino.

Para finalizar, declaramos que como grupo humano, tenemos el desafío  y el deber ético de evangelizar (entendido el término como “entregar buenas nuevas o noticias”) al imperio de la cultura patriarcalmente opresora y de re-significar las riquezas naturales como parte de nuestras espiritualidades.

Colectivo Agar.

Feria pública, 8 de marzo.


Otro 8 de marzo.


Otro 8 de marzo, un Día Internacional de la Mujer que sorprende a chilenos y chilenas en estado de Duelo Nacional en señal de respeto por el fallecimiento del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
La legislación chilena establece que entre las medidas que deben tomarse si se decreta Duelo Nacional, está la suspensión de los actos y ceremonias públicas que revistan carácter de festejo. Cuando el actual Ministro del Interior realizó el anuncio de estos tres días de duelo, señaló que en el Día Internacional de la Mujer, ninguna ceremonia ni acto programados para tal ocasión, tenían características de celebración, por lo cual podrían llevarse a cabo.
Posiblemente el ministro no estaba totalmente conciente de cuanto de razón tenían sus palabras, porque hace alrededor de un centenar de años que este día aparece en el calendario mundial, y aún hay muy pocos motivos para celebrar.
Es que la vida de las mujeres está aún inconscientemente regida por patrones de conducta, tradiciones y costumbres que van cercenando sus derechos y colocándolas en el lugar de víctimas de las diversas formas de violencia existentes.
Más allá del sadismo, del abuso de lo mas débil y otras sociopatías, la violencia contra las mujeres tiene considerable parte de su origen, en la idea de que las mujeres son propiedad de los hombres, de un modo muy similar a como son propietarios de bienes muebles e inmuebles, ganado y otras posesiones.
Las múltiples formas de maltrato hacia las mujeres, está enraizado en los supuestos religiosos patriarcales básicos sobre el estatus subordinado de las mujeres, y viene a ser una conclusión lógica de esa forma de pensamiento.
La ley patriarcal comenzó negando a las mujeres un estatus civil autónomo. No tenían derecho a representarse a sí mismas políticamente como personas legales. La hija o esposa eran propiedad del padre o del esposo. El estatus de las mujeres estaba asimilado junto al de los infantes y esclavos como dependientes y propiedad-de. Eran personas sin derecho a afirmar su voluntad, y sujetas bajo el yugo de la obediencia y servicio a sus “señores”.
El termino señor se empleaba simultáneamente para Dios como señor del universo, para la aristocracia como señores de las clases bajas y finalmente para el cabeza de familia, hombre, como señor de la esposa, hijos, hijas y sirvientes.
La metáfora del  apóstol Pablo, tan frecuentemente repetida, de que la mujer no tiene cabeza propia sino que su esposo es su cabeza, así como ella es el cuerpo de él, resume el estatus de subyugación de las mujeres que lamentablemente ha penetrado en todo el tejido social.
La condición legal de las mujeres se justificó en el cristianismo clásico con una complicada teoría sobre la naturaleza inferior de ellas. En la edad media, la teología recogió de la biología de Aristóteles que las mujeres son una especie biológica inferior. Por tanto, sólo los hombres contribuían a la formación de la criatura en la procreación, mientras que las mujeres solamente servían de  incubadoras, haciéndola crecer dentro de su cuerpo. De este modo, cada varón podía reproducir una imagen perfecta de su hechura, salvo cuando el principio genético inferior, representado por la madre, ganaba dominancia sobre el superior que provenía del padre, y nacía un “varón malformado, imperfecto”, es decir, una mujer, que era por naturaleza, inferior tanto en su capacidad física, como en el pensamiento y en la voluntad.
Agustín de Hipona, uno de los considerados padres de la iglesia,  ya había expresado teológicamente esto, sosteniendo que las mujeres “no tenían imagen de Dios”.
A esta idea sobre la naturaleza deficiente de las mujeres en el orden de la creación, la teología cristiana añadió la idea de que el primer ser humano de sexo femenino, era la principal responsable por el pecado. Y, aunque las historias originales del Génesis sugieren la co-creación del hombre y la mujer, y su co-responsabilidad por el pecado, en el Nuevo Testamento, ambos conceptos  están claramente desviados en contra de Eva.
La primera carta de Timoteo dice: “No permito a las mujeres enseñar o tener autoridad sobre los varones. Ellas deben permanecer en silencio. Porque Adán fue creado primero y después Eva. Y no fue Adán quien fue engañado. Fue la mujer engañada y la que rompió la ley de Dios.” (1 Timoteo 2:12-14)
El cristianismo patriarcal adoptó esta lectura, así, a Eva se le adjudicó la culpabilidad de causar todo el conjunto del mal histórico en el mundo

Es importante tomar conciencia de que todo este maltrato teológico hacia las mujeres traspasó las fronteras de lo religioso y no solo tomó la forma de la privación de sus derechos legales y la exclusión o limitación de la educación teórica y profesional y de roles de liderazgo, sino también tomó la forma de justificación de la violencia física.
Sucedía, y todavía sucede en las familias con rasgos patriarcales, que los padres se sienten con ciertos derechos para golpear a sus hijos e hijas, y si en sus inconcientes está plasmada la imagen de que las mujeres son seres dependientes y con escasa autonomía, semejantes a niños y niñas, entonces subyace la idea de que, "naturalmente", las mujeres deben someterse a los hombres, obedecerlos y "respetarlos" en el sentido más servil, y por ende como “señores”, tienen el absoluto derecho a "corregirlas" recurriendo a todo tipo de medidas, incluidos los golpes, del mismo modo que tienen derecho a golpear a  su perro, a su caballo o a sus hijos e hijas. Y lo peor de todo es que las propias mujeres tanto las que participan activamente del hecho religioso, como las que no son cercanas a éste pero viven de igual forma en un mundo marcado a fuego por el patriarcado, aceptan una o varias formas de maltrato y opresión como parte de la “normalidad” de su existencia, sin tomar conciencia de que se las está privando de su dignidad plena como personas y sujetos de derecho.
¿Cómo logra liberarse de la opresión religiosa una persona a quien se le ha dicho desde su más tierna infancia que surgió de la costilla del primer ser humano de sexo masculino; que fue una, de su propio sexo, quien le causó a la raza humana la desgracia de perder el paraíso; que es susceptible de ser objeto de intercambio como lo fueron las hijas de Lot, y que está muy bien representada en la desobediente mujer de ese mismo patriarca, o en la esclava Agar cuya existencia debía girar en torno a servir a Abraham hasta el extremo de parir un hijo para él, para su propiedad, aunque fuese producto de una violación; que no debe siquiera hablar en los espacios públicos, como sentencian algunos textos atribuidos al apóstol Pablo en sus epístolas, porque ha heredado de Eva el ser seductora, malvada y peligrosa según todo tipo de “santos”, y que sólo puede llegar a “ser buena” si renuncia al placer sexual (y a todo tipo de placeres) y a su libertad, como se supone que lo hicieron María, la madre de Jesús y María Magdalena?
Los símbolos religiosos que sacralizan la abnegación y el sufrimiento de las mujeres, imponen y refuerzan la desigualdad. La violencia religiosa está presente en la vida diaria de las mujeres a través de mitos que impulsan la opresión sexual, la maternidad como única opción de vida y la sumisión a los hombres. Para abortar este tipo de violencia, hay que aceptar que somos víctimas de ella. Luego, visibilizarla y denunciarla, y como tercer paso, examinar, juzgar y rechazar los mitos y símbolos religiosos que contribuyen a mantenernos oprimidas, y a la vez pensar, construir y compartir nuevos símbolos liberadores que representen una espiritualidad libertaria.
Pareciera ser que el cristianismo contiene en sí mismo, semillas de una teoría alternativa, una teoría de liberación, igualdad y dignidad para todas las personas. Descubrirlas, cultivarlas y sembrarlas en otras y otros, es responsabilidad de quienes tenemos la alegría de vislumbrar que otras formas de espiritualidades son posibles.. Sólo así podremos vivir esperanzadas, en que los futuros 8 de marzo puedan llegar a ser un espacio de celebración donde festejaremos la justicia, la igualdad y la  libertad de todos y especialmente, de TODAS. Algún día, otro 8 de marzo será posible.
Carmen Gloria Rodríguez Ibarra
Colectivo Agar

martes, 19 de febrero de 2013

Jornada: Sororidad entre mujeres, una actividad política y espiritual urgente.


LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA Y EL ESPÍRITU SANTO


Ivone Gebara. Escritora, filósofa y teóloga.
Después de la encomiable actitud del anciano Benedicto XVI renunciando al gobierno de la Iglesia Católica Romana se sucedieron entrevistas con algunos obispos y sacerdotes en estaciones de radio y televisión en todo el país. Sin duda un evento de tanta importancia para la Iglesia Católica Romana es noticia y conduce a predicciones, elucubraciones de variados tipos, sobre todo de sospechas, intrigas y conflictos entre los muros del Vaticano que habrían acelerado la decisión del Papa.
En el contexto de las primeras noticias, lo que me llamó la atención fue algo a primera vista pequeño e insignificante para los analistas que tratan asuntos del Vaticano. Se trata de la forma cómo algunos padres entrevistados o sacerdotes conductores de programas de televisión respondieron cuando se les preguntó sobre quién sería el nuevo Papa, saliendo por la tangente. Se referían a la inspiración del Espíritu Santo, o a su voluntad, como siendo el elemento del que dependía la elección del nuevo romano pontífice. Nada de pensar en personas específicas para responder a las situaciones mundiales desafiantes, nada para despertar una reflexión en la comunidad, nada de hablar de los problemas actuales de la iglesia que la han llevado a un significativo marasmo, nada que escuchar los clamores de la comunidad católica por la democratización de las estructuras anacrónicas que sostienen a la iglesia institucional.
La formación teológica de estos padres comunicadores no les permite salir de un discurso trivial y abstracto ya bien conocido, discurso que continúa recurriendo, como explicación, a fuerzas ocultas, y así, de cierta forma, confirmar su propio poder.
La continua referencia al Espíritu Santo a partir de un misterioso modelo jerárquico es una forma de camuflar los verdaderos problemas de la Iglesia y una forma de retórica religiosa para no revelar conflictos internos que ha vivido la institución.
La teología del Espíritu Santo continúa siendo para ellos mágica y expresando explicaciones que ya no pueden hablar a los corazones y a las conciencias de muchas personas que tienen aprecio por el legado del Movimiento de Jesús de Nazaret. Es una teología que sigue provocando la pasividad del pueblo creyente ante las múltiples dominaciones, inclusive la religiosa. Continúan repitiendo fórmulas como si éstas satisficiesen a la mayoría de la gente.
Me entristece el hecho de verificar una vez más que los religiosos y algunos laicos trabajando en los medios de comunicación no perciban que estamos en un mundo donde los discursos tienen que ser más asertivos y caracterizados por referencias filosóficas consistentes, además de la tradicional escolástica.
Un referencial humanista les haría mucho más comprensibles para el común de las personas, incluidos los no católicos y no religiosos. La responsabilidad de los medios de comunicación religiosos es enorme e incluye la importancia de mostrar cómo la historia de la iglesia depende de las relaciones e interferencias de todas las historias de los países y de las personas individuales. Ya es tiempo de abandonar ese lenguaje metafísico y abstracto, como si un Dios fuese a ocuparse especialmente de elegir al nuevo Papa, independientemente de los conflictos, desafíos, iniquidades y cualidades humanas. Ya es hora de enfrentar un cristianismo que admita el conflicto de las voluntades humanas y reconocer que al final de un proceso electivo, no siempre la elección realizada puede ser considerada la mejor para el conjunto. De enfrentar la historia de la iglesia como una historia construida por nosotros todos y todas y de testimoniar respeto para nosotros mismos/as mostrando la responsabilidad que tenemos todas/os los que nos consideramos miembros de la comunidad católica romana.
La elección de un nuevo Papa es algo que tiene que ver con el conjunto de las comunidades católicas esparcidas alrededor del mundo y no sólo con una élite de edad avanzada, minoritaria y masculina. Por lo tanto, es necesario ir más allá de un discurso justificativo del poder papal y enfrentarse a los problemas y desafíos reales que estamos viviendo.
Sin duda, para esto las dificultades son muchas y abordarlas requiere de nuevas convicciones y del deseo real de promover cambios que favorezcan la convivencia humana.
Me preocupa una vez más, que no se discuta más abiertamente el hecho que el gobierno Iglesia institucional sea entregado a personas ancianas que a pesar de sus cualidades y sabiduría, ya no son capaces de hacer frente con vigor y desenvoltura los desafíos que estas funciones demandan. ¿Hasta cuando la gerontocracia masculina papal será como un doble de la imagen de un Dios, blanco, anciano y de barbas blancas?
¿Habría alguna posibilidad de salir de este esquema o al menos de iniciar una discusión de cara a una futura organización diferente? ¿Habría alguna posibilidad de abrir esta discusión en las comunidades cristianas populares que tienen derecho a la información y a una formación cristiana más ajustada a nuestros tiempos?
Sabemos en qué medida la fuerza de la religión depende de desafíos y comportamientos fruto de convicciones capaces de sostener la vida de muchos grupos. Sin embargo, las convicciones religiosas no pueden reducirse a una visión estática de las tradiciones y tampoco a una visión deliberadamente ingenua de las relaciones humanas. Las convicciones religiosas igualmente no pueden reducirse a la ola de las más variadas devociones que se propagan a través de los medios de comunicación. Es más, no podemos seguir tratando al pueblo como ignorante e incapaz de formular preguntas inteligentes y astutas en relación con la iglesia. Sin embargo, los padres comunicadores creen estar tratando con personas pasivas y entre ellas muchos los jóvenes que desarrollan un culto romántico alrededor de la figura del papa. Los religiosos mantienen esta situación a menudo cómoda por ignorancia o avidez de poder. Probar la interferencia divina en decisiones que la Iglesia Católica Jerárquica, prescindiendo de la voluntad de las comunidades cristianas esparcidas por todo el mundo es un ejemplo flagrante de esta situación. Es como si quisieran reafirmar erróneamente que la Iglesia es en primer lugar el clero y las autoridades cardenalicias a las cuales es conferido el poder de elegir un nuevo papa y que ésta es la voluntad de Dios. A los miles de fieles corresponde solo orar para que el Espíritu Santo escoja al mejor y esperar a que el humo blanco anuncie una vez más el “habemus papam”.
De manera hábil siempre están tratando de hacer a los fieles, escapar de la verdadera historia, de su responsabilidad colectiva por el recurso a fuerzas superiores que dirijan la historia y a la Iglesia.
Es una lástima que estos formadores de opinión pública estén viviendo todavía en un mundo que es teológicamente y tal vez incluso históricamente, pre-moderno, donde lo sagrado parece separarse del mundo real y situarse en una esfera superior de poderes a la que sólo unos pocos tienen acceso directo. Es desolador ver cómo la conciencia crítica en relación a sus propias creencias infantiles no haya sido despertada, para su bien personal y en beneficio de la comunidad cristiana. Parece que hasta destacamos los muchos obscurantismos religiosos presentes en todas las épocas, mientras el Evangelio de Jesús continuamente convoca a la responsabilidad común de unos con los otros.
Conociendo las muchas dificultades enfrentadas por el Papa Benedicto XVI durante su corto ministerio papal, las empresas de comunicación católica sólo destacan sus cualidades, su entrega a la iglesia, su inteligencia teológica, su pensamiento vigoroso como si quisieran una vez más ocultar los límites de su personalidad y de su postura política no sólo como Pontífice, sino también, como presidente, por muchos años, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio.
No permiten que las contradicciones humanas del hombre Joseph Ratzinger aparezcan y que su intransigencia legalista o el trato punitivo que caracterizaron parcialmente su persona sean recordadas. Hablan desde su elección, principalmente como un papado de transición. No hay duda que es así. Pero ¿transición hacia dónde?
Me gustaría que la encomiable actitud de renuncia de Benedicto XVI pudiese ser vivida como un momento privilegiado para convidar a las comunidades católicas a repensar sus estructuras de gobierno y los privilegios medievales que esta estructura conlleva.
Estos privilegios tanto del punto de vista económico, como político y socio-cultural, mantiene al papado y al Vaticano como un Estado masculino aparte. Pero un Estado masculino con representación diplomática influyente y servido por miles de mujeres en todo el mundo, en las diferentes instancias de su organización. Este hecho nos invita también a reflexionar sobre el tipo de relaciones sociales de género que este Estado continua manteniendo en la historia social y política actual.
Las estructuras pre-modernas que todavía conserva este poder religioso necesitan ser confrontadas con los anhelos democráticos de nuestros pueblos en la búsqueda de nuevas formas de organización que se correspondan mejor con los tiempos y grupos plurales de hoy. Deben ser confrontadas con las luchas de las mujeres, de las minorías y mayorías raciales, de personas de diversas orientaciones sexuales y opciones, de pensadores, científicos y trabajadores de las más variadas profesiones.
Necesitan ser reelaboradas en la perspectiva de un mayor y más fructífero diálogo con otros credos religiosos y con las sabidurías esparcidas por todo el mundo.
Y para terminar, quiero volver al Espíritu Santo, a este viento que sopla en cada una/o de nosotros, este aliento en nosotros es más grande que nosotros, que nos aproxima y nos hace interdependientes con todos los vivientes.
Un soplo de muchas formas, colores, sabores e intensidades. Soplo de compasión y de ternura, soplo de igualdad y de diferencia. Este aliento o soplo no puede ser utilizado para justificar y mantener estructuras privilegiadas de poder y tradiciones antiguas o medievales, como si se tratara de una ley o una norma indiscutible e inmutable.
El viento, el aire, el espíritu sopla donde quiere y nadie debe atreverse a querer ser ni por una sola vez su dueño. El espíritu es la fuerza que nos acerca a unos con otros, es la atracción que permite nos reconozcamos cómo semejantes y diferentes, como amigas y amigos, y que juntos/as busquemos caminos de convivencia, la paz y la justicia.
Estos caminos del espíritu son los que nos permiten reaccionar ante las fuerzas opresivas que nacen de nuestra propia humanidad, los que nos llevan a denunciar a las fuerzas que impiden la circulación de la savia de la vida, quienes nos llevan a des-cubrir los secretos ocultos de los poderosos. Por lo tanto, el espíritu se muestra en las acciones de misericordia, en el pan compartido, en el poder compartido, en la cura de las heridas, en la reforma agraria, en el comercio justo, en las armas transformadas en arados, en fin, en la vida en abundancia para todas/os. Este parece ser el poder del espíritu en nosotros, poder que necesita ser despertado en cada nuevo momento de nuestra historia y ser despertado en nosotros/as, entre nosotros/as y para nosotros/as.
Febrero de 2013.
Fuente:http://www.nuevatierra.org.ar

viernes, 15 de febrero de 2013

Un Billón se levanta por la no violencia hacia las mujeres.


























Bailamos porque ésta es nuestra revolución.

14 de Febrero, por amor a las mujeres NO + VIOLENCIA.
¡¡¡¡Mil millones de mujeres bailaron en todo el mundo contra la violencia!!!!
¡¡¡Una de cada tres mujeres en el mundo es violada o maltratada a lo largo de su vida, según la ONU!!! ¡¡¡¡"Mil millones de mujeres violadas es una atrocidad. Mil millones de mujeres bailando es una revolución”!!! 

Esta es la consigna con la que la activista Eve Ensler, (dramaturga estadounidense autora de la obra teatral "Monólogos de la Vagina",lanzó la campaña. ¡¡¡“No hay nada más poderoso que el baile. Es contagioso, es sexual, te libera y nadie puede controlarlo. Por eso asusta. La mayoría de las mujeres no vamos con libertad a cualquier sitio porque nos da miedo que nos violen"!!!, dice Ensler. 

La elección del 14 de febrero, día de los enamorados, no es una casualidad. La campaña quiso darle a este día tan comercial un sentido de reflexión sobre lo que significa ser mujer y ser amada de verdad. Cientos de actos se celebraron en más de 184 países de los cinco continentes. Hoy millones de personas en el mundo bailaron en una danza mundial y colectiva para erradicar una realidad que afecta a más de mil millones de mujeres en todo el planeta. Una campaña mundial que organiza una ONG, bautizada como One Billion Rising, invitando a todos los países del mundo a darle un nuevo sentido a este 14 de febrero, día de los enamorados. 

Cientos de actos se llevaron a cabo en más de 184 países de los cinco continentes. 
Casos como el de la joven violada y asesinada en India el pasado diciembre han desatado una ola de repudio internacional encabezada por varias asociaciones de derechos humanos. El problema es estremecedor cuando se observa a escala mundial: mil millones de mujeres son violadas o golpeadas en el mundo. O dicho de otra forma, una de cada tres mujeres sufre un abuso. Esta dramática realidad, cada vez más visible a través de los medios de comunicación, ha empujado a la ONG V-day (haciendo referencia al día de San Valentín) a pedir a la sociedad que se implique en este problema y ponga de relieve la situación de vulnerabilidad que sufren tantas mujeres.

Colectivo Agar, Presente !
Fotos: Nadia Martínez
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